Este Blog está dedicado a la investigación del Vedanta Advaita, específicamente a la enseñanza del Bhagavad Gita. Este es el más hermoso de los poemas épico que nos permitirá a través de su estudio sistemático el conocimiento del Ser
Todos los personajes que aparecen a lo largo delBhagavad Gitano son más que la representación simbólica de algunas de las condiciones que operan en el interior del ser humano. Así, el propio relato delBhagavad Gitase convierte en el relato simbólico de la batalla que todos los días libra nuestra propia mente con su propio desorden, tratando de encontrar una salida coherente al dilema de la razón de ser de las cosas.
De los dos personajes principales que ocupan la mayor parte de los diálogos que aparecen en el texto,Arjunarepresenta aluttama adikari, el discípulo perfecto, esto es, aquella parte de nosotros que busca afanosamente la verdad valiéndose de las tendencias más inteligentes, más claras, que permitan la comprensión de una enseñanza válida. Es la fuerza que tenemos para poder salir de nuestro propio caos interior. Por otra parte, Krishna es el símbolo del conocimiento perfecto, es lo profundo y esencial que tenemos en nosotros mismos. Dependiendo de la condición de la lectura, pasa de ser un maestro, unguru, a serIshvara, el Dios Creador, a serBrahman, el Absoluto no-Dual, o a ser cualquier otra condición que el texto imprime en su momento.
De entre los diversos epítetos que se aplican aKrishnaen el texto, en un momento dado destaca el deMadhusodana.Madhuse traduce como “miel”, de manera que el sobrenombre podría traducirse como “el matador, el destructor de la miel”. Filológicamente podría ser correcto, pero desde una perspectiva sapiencial resulta ser un absurdo. La traducción correcta sería “el destructor del yo”.Madhuestá haciendo referencia al dulzor, entendido como apego, que sentimos por elaham, el sentido de identificación egoica que opera en nuestra mente. Es la gratificación implícita en toda acción, física, mental o emocional, realizada con ese sentido de identificación. Por esoahames dulce, por eso esmadhu, y por eso Krishna esMadhusodana, porque ha destruido el yo.
"Y esperando, he conseguido para ti un final: la presencia de Dios en todas las cosas".
Goethe
Existe una poderosa quietud de la que brotan todas las cosas. Es una quietud que está más allá de las palabras. Sin embargo, a lo largo del tiempo, las personas han intentado nombrar lo innombrable. A esta quietud la han llamado Dios, el Tao, la Mente búdica, pero la quietud no es nada de todo eso. Desde siempre, las palabras no son más que meras indicaciones que apuntan hacia aquello de lo que es imposible hablar.
Por alguna razón, nos aterroriza esta quietud y nos pasamos buena parte de nuestra vida andando de puntillas para evitarla. La quietud es la vacuidad que lo devora todo: toda identidad, el pasado y el futuro, la esperanza, el miedo, el placer y el dolor. Sencillamente nos aterroriza perder nuestra humanidad y hundirnos en esta divinidad, aunque, ahí adentro, se encuentra nuestra salvación: morir, literalmente, en Dios —que es morir en todas las cosas porque todas las cosas son Dios.
Los árboles, los pájaros, las carreteras, los coches, la polución, la gente haciendo sus cosas todos los días, todo eso es Dios. El sufrimiento en los rostros de la gente, eso también es Dios. La sonrisa de la gente cuando se encuentra, las lágrimas cuando los seres queridos se separan, la rabia, la violencia, el miedo o el anhelo de deshacerse de todo eso, todo eso también es Dios. No existe nada —literalmente— que no sea Dios.
Por tanto, dividir a Dios con religiones, doctrinas e ideologías, y condensarlo en trozos del tamaño de las creencias sólo es idolatría. En cambio, esa división nunca es considerada idolatría sino «el camino hacia Dios». Todo camino hacia Dios implica que Dios no está ya aquí, ahora, y eso es negar al Dios que te está mirando directamente a los ojos en este preciso instante.
Mira a tu alrededor: ¿acaso no es esto Dios? Si no lo es, ¿dónde se Le puede encontrar? ¿Cuándo Lo vas a encontrar?
En vano buscas a Dios porque Lo tienes delante de ti, dentro de y siendo las cosas de este mundo. Alarga tu mano: ahí está la mano de Dios. Mira tus piernas: son las piernas de la divinidad. Ese pájaro que se acaba de posar en esa rama, ¿de verdad crees que eso no es una manifestación de Dios?
¡Mira! ¡Mira a tu alrededor! ¡Dios está en todo! Un Dios que no esté en todo es un Dios pequeño, un Dios de la mente, un Dios de creencias, religiones, pensamientos. ¿Acaso eso no se llama idolatría? ¿Acaso no se trata de un mero ídolo fabricado por la mente, fabricado por el hombre?
¡Deshazte de todo eso! Deshazte de todas las religiones, regresa a este momento y contempla al Dios que llevas buscando toda tu vida. Regresar al Ahora constituye la verdadera adoración, la verdadera oración, la verdadera meditación, la verdadera fe, porque sólo a Dios se Le puede ver, sentir, oír y experimentar ahora. ¿Sientes cómo respiras? ¿No es Dios el que respira a través de ti? ¿Sientes cómo te palpita el corazón dentro del pecho? ¿No es eso obra de Dios? ¿De verdad necesitas un futuro para poder encontrarlo? ¿No está contigo ahora mismo? ¿No te está mirando directamente a los ojos?
Dios me es más íntimo que yo mismo.
— San Agustín
viernes, 12 de enero de 2018
La Acción Recta
por Sesha
Existe una manera correcta de realizar la acción sin que exista un nexo entre causa y efecto. En realidad, se busca impedir la aparición en la consecuencia de la realización de la acción de un efecto en el que exista la presencia egoica. La idea, entonces, es evitar el sentido de identificación yoico cuando la acción se realiza. Para definir este tipo de "acción recta", junto con el andamiaje teórico que existe a su alrededor, la tradición oriental enarboló la palabra dharma. Dharma es aquel tipo de acción que no genera karma, es decir, en la que no hay encadenamiento causal egoico entre actor y resultado de la acción.
El universo dual se entreteje gracias al karma. Karma implica necesariamente el concepto de ilusoriedad (maya); el karma surge en maya. Maya implica ignorancia (agnana), esto es, una incorrecta percepción de la realidad a causa de un elemento dicotomizante y diferenciador en la cognición al que denominamos "yo" (ahamkara).
La realización dhármica de la acción implica la ruptura del karma, puesto que la acción se plantea sin encadenamiento egoico. La ruptura del karma implica el desvanecimiento de maya, la ilusión, y con esto se replantea la percepción de la realidad.
"El mundo está ligado por la acción, menos por las que se cumplen por dharma. Así, ¡oh hijo de Kunti! (1), ejecuta tus acciones con este intento, desembarazado de todo apego". (2)
Convertir la acción en un acto sagrado implica que la acción misma transforma al actor y le concede la libertad interior. La acción, sin importar cual sea esta: comer, reír, acariciar, jugar, pensar, etcétera, puede convertirse en camino al descubrimiento interior. La acción misma es un trampolín para el descubrimiento de la propia realidad. Todo se basa, según el Vedanta, en ejecutar la acción carente de todo sentido egoico.
La ausencia de sentido egoico es un concepto complejo de entender para la cultura occidental, pues toda su trama cultural se centra en la preservación de la naturaleza egoica y personalística. El ego es un evento axiomático, es decir, se plantea como una realidad tan evidente que no requiere ser demostrada. Para Oriente el sentido del "yo" no es tan sólido como lo plantea Occidente. Para Oriente el "yo" es un subproducto del proceso dialéctico, tal como al encender un fuego existe el subproducto de su resplandor. Occidente no sabe a ciencia cierta a qué se refiere la tradición oriental cuando estipula realizar la acción carente de egoísmo. Erróneamente se plantea la creencia de asumir el egoísmo como una actividad psicológica cuando, en verdad, estamos hablando de un proceso netamente epistémico. El egoísmo del cual habla el Vedanta es la presencia del "yo" en la acción; esta circunstancia no tiene nada que ver con el sentimiento egoísta o la emoción egoísta psicológica.
Actuar carente de "yo" permite realizar la acción sin encadenarse a su resultado. Imagine, por ejemplo, algún momento donde en una excursión sale a recorrer la montaña. El paisaje que disfruta y la intensidad de la naturaleza llevan a absorberse fácilmente de manera visual, auditiva y olfativa con el entorno. Mientras esto ocurre, mientras está absorto, disfruta, camina, ríe, conversa, pero todo ocurre sin que en ello exista sentido de alguien que disfruta, camina, ríe o conversa. Sumirse en la acción con intensidad impide la aparición del "yo" pero no evita la realización de la acción. Realizar la acción bajo este nuevo modelo se denomina "recta acción". La ejecución de la "recta acción" lleva implícito no encadenar al actor con la acción, pues el actor no existe en ese momento en la acción. Dicha ausencia de encadenamiento se denomina dharma.
El ambiente natural sobre el cual se desenvuelve la acción se denomina dharma, "recta acción" o karma yoga. Quien cumple la acción desde esta perspectiva no genera excesivo gasto psicofísico pues, libre y sin esfuerzo, actúa estando inmerso en lo que hace.
Dharma es, entonces, la acción ordenada que sitúa a quien actúa como parte de un orden natural y espontáneo donde no existe ni exceso ni defecto en el actuar. Dharma es una medida justa que se adapta a cada acontecer. Toda acción, por difícil o conflictiva que parezca, tiene una forma de hacerse rectamente.
Todo ser humano tiene un dharma, un deber supremo cuando ejecuta sus actos, y es el utilizar la acción para realizarse interiormente. La misma naturaleza tiene también su dharma, su deber: el del Sol es iluminar y dar vida; el de los animales, entre otras funciones, es el de servir de alimento a sus depredadores, y estos a los siguientes en la cadena alimenticia, con el fin de preservar la vida, etcétera. El dharma más alto del ser humano es el conocimiento de sí mismo.
La Renuncia a la Acción
Quienes, esclarecidos por un discernimiento puro, han podido reconocer su propia esencia como eterna, inmortal y No-dual, ellos renuncian a actuar socialmente en el mundo mientras permanecen sumidos por siempre en su propia realidad interior. Así, ven el juego de la vida como quien nota el soñar reconociéndolo como ilusorio. Estos actúan sin actuar, pues sus impulsos no dejan huella kármica. Cualquier acción es realizada sin que haya nadie ligado a ella. La responsabilidad de ser parte de este mundo muere para ellos. Ahora no sólo se abstienen del resultado de la acción, sino que la acción misma huye espantada, pues no existe manera alguna de verla en el espejo cuya superficie refleja exclusivamente la realidad del Ser No-dual.
Allí, libre en sí mismo, el sabio actúa sin actuar y, mientras así vive, el gozo de la bienaventuranza divina lo llena sin que a su alrededor nadie lo note.
"Sin confiar en nada, con su mente y su ser disciplinados y todo anhelo de goce en abandono, cumple las acciones sólo por el cuerpo y no cae en error". (3)
"Satisfecho con lo que quiera que obtenga sin esfuerzo, libre de los pares de opuestos, exento de envidia, equilibrado en la dicha y en la adversidad, no está ligado a las acciones que ejecuta". (4)
A quien así actúa se le denomina sanyasin, renunciante. Viste de túnica color azafrán y, con un cuenco y bastón como únicas pertenencias, santifica cuanto halla a su paso. Así, este sabio establecido en el conocimiento de sí mismo es libre pues, aunque actúa, tiene claro que no es él el actor sino que son las gunas las que realizan toda acción. Su conciencia raya la infinitud y el universo se despliega a sus sentidos sin límite alguno.
Imagine que mientras opera el sueño es capaz de reconocer que duerme y comprende que el universo que se despliega es parte de la ilusión de su mente. Ser consciente que sueña mientras duerme no es una situación común, pero tampoco es algo ajeno a nuestras posibilidades. Note las personas, los edificios, los paisajes que se descubren uno a uno ante la mirada consciente de quien, mientras duerme, se reconoce soñando. Mientras ello ocurre, y debido a la certeza de que es un sueño, los eventos adoptan una condición diferente, pues se sabe a ciencia cierta que en cualquier momento desaparecerán. Desde este enfoque el soñador no se siente gozador de un mundo que se desgajará en cualquier momento como una nube transportada y fraccionada por el viento. Inclusive para el soñador tiene sentido abstenerse de cualquier acción, a causa de que reconoce sin duda alguna que es espectador de una ilusión. Eso mismo ocurre por parte del sanyasin, del "renunciante a la acción" respecto al mundo en vigilia. El sanyasinreconoce su esencia inmortal. Su comprensión de sí mismo no tiene duda alguna. Así, aunque mira, huele, camina y come, él nada hace, pues su mente no se arraiga a ningún hecho ni a ninguna situación. Todo compromiso social cesa, pues toda responsabilidad hace parte de la misma futilidad e ilusoriedad que los restantes eventos. Esta forma de encarar la vida se denomina "renuncia a la acción", y a quienes logran posar su mente en la realidad No-dual de forma permanente y, aún así, hacer parte del mundo, se les denomina sanyasin.
martes, 9 de enero de 2018
RESUMEN DE EL MAHABHARATA - AUTOR ANONIMO -
La lucha entre Kaurubas y pandavas nos otra que el enfrentamiento en el campo de la vida (Kurusektra) de dos fuerzas: las fuerzas de la esencia representadas por Pandu y sus hermanos, simbolizados por los primos o kauruvas, a cuya cabeza el rey ciego (la necedad humana) impide la realización del alma espiritual; Draupadi es alma espiritual que se desposa con el alma humana representada, por los cinco hermanos simbolizan el valor, la justicia, la sabiduría, la fuerza y la inteligencia.
Argumento del libro "Mahabharata".
La literatura de la india posee dos grandes monumentos: el mahabharata y el romanyana, gigantescas epopeyas que hacen ver mezquinas a la Ilíada y la odisea. El mahabharata es todavía objeto de veneración entre el pueblo hindú.
Una de los poetas autores de esta epopeya llego a decir: “La lectura del mahabharata es santa y borra todos los pecados aunque sean muy grabes.
Aquel individuo que no haga mas que oír un solo capitulo de esta obra no podrá caer nunca en infortunio “. El mahabharata es la historia de la dinastía de los panduias o pandavas, hijo de Pandu, descendiente de Djarata, hijo de Duchmanta y de Sakuntala.
Los Pandavas discuten el imperio a sus primos y enemigos, los Kauravas; dotados de cualidades sobrehumanas, los cinco hijos de Pandu reconocen, sin embargo, que uno de ellos Arjuna, es superior a los demás. Arjuna es un ser bueno, afectuoso y su fuerza moral es invencible.
Precisamente esto diferencia la epopeya hindú de las de otras literaturas: los poetas hindúes les conceden supremacía a la bondad y a la dulzura; los héroes rivalizan en buenos sentimientos, son dioses hechos hombres, los reyes profesan el mas profundo respeto a los brahamanes; los titanes sublevados contra los dioses son invariablemente vencidos, pero después de haber desplegado un valor que solo pudo ser anulado por la cualidad divina de su adversarios.
Los mismos autores se encariñan singular mente con sus héroes. Las vicisitudes son terribles, pero el poeta desliza cuidadosamente en la narración la certidumbre que, ha pesar de la horrorosa trama, los héroes no morían. Los poetas del mahabharata se han complacido en los relatos de batallas gigantescas con egresitos innumerables; en esas batallas se exhiben el valor y la resistencia de los dioses.
Esas batallas están nutridas de relatos frescos y encantadores, son espantosamente largas las luchas pero culminan con un brillante y decisivo triunfo de la virtud. El mahabharata fue originalmente atribuido a viese y en su origen no fue mas que un poema épico dedicado a relatar una guerra entre dos pueblos.
En el curso de los siglos, el poema original fue aumentado por adiciones sucesivas de leyendas, relatos y episodios hasta que el mahabharata se transformara en la epopeya mas vastas de todas las literaturas. Probablemente la obra tuvo origen hacia el siglo XVIII a.c. El poema es una complicación de composiciones poéticas sin unidad de metro ni aun de forma. Es celebre el episodio de Nala y Damayanti, compuesto de 36 cantos; acerca de este episodio, Schlegel dijo: “como obra patética, como expresión de paciones y cuanto a elevación y delicadeza de sentimientos es lo que hay mas bello entre todas las literaturas”.
El mahabharata se considera como la epopeya más grandiosa y extensa del mundo entero. Se compone de 19 partes con un total de 120.000 estrofas que parten desde el final de la edad védica hasta el siglo VI de la era cristiana.
Los hijos de Pandu son perseguidos ferozmente y se ben obligados a refugiarse en el desierto.
Allí los anacoretas les presentan amparos y l resuelven llevarlos a la fastuosa corte de Hanistapura, donde gobernaba el rey ciego Daytarastra con sus cien hijos y una hija. Dicho rey había tomado el trono luego la muerte de Pandu.
Los cinco hijos, Yudhistira (sabio y prudente), Arjuna (noble guerrero), Bhima (de fuerza superior), y los gemelos Nakula y Shadeva (valerosos y leales), crecen y se educan en la corte de su tío y bajo el odio de sus primos, quienes intentan por todos los medios acabar con ellos.
Un día cualquiera llega la noticia de que el rey de Pancala citaba a los príncipes de los alrededores a un torneo en el cual erigiría al esposo para su hija Draupadi.
Arjuna logra vencer en la competencia y la princesa se convierte en la esposa de los cinco hermanos. Es preciso aclarar que este matrimonio es algo simbólico, como lo es, en síntesis, toda la obra.
La lucha entre Kaurubas y pandavas nos otra que el enfrentamiento en el campo de la vida (Kurusektra) de dos fuerzas: las fuerzas de la esencia representadas por Pandu y sus hermanos, simbolizados por los primos o kauruvas, a cuya cabeza el rey ciego (la necedad humana) impide la realización del alma espiritual; Draupadi es alma espiritual que se desposa con el alma humana representada, por los cinco hermanos simbolizan el valor, la justicia, la sabiduría, la fuerza y la inteligencia.
Resulta verdaderamente absurdo que a estas alturas se este especulando con una joya de la literatura universal que guarda, veladas por el simbolismo, las claves para el auto conocimiento del ser y la realización del hombre.
Loas Kaurubas (defectos) persiguen cruelmente a los pandavas (esencia), quienes huyen al desierto (simbol del sufrimiento y la aridez por los que pasa por los quien desea liberarse).Allí, auxiliadas por el rey Virata, los kaurubas declaran la guerra (a la legión de defectos no le interesa la realización del ser.
Luego de batallas cruentes e interesantes, los kaurubas son exterminados y los pandaras ocupan el trono de Hastinapura (el reino de Malcuth, el dominio del cuerpo físico). El poema termina con una interesantísima exposición de la religión y las costumbres hindúes y con la muerte (simbólica) de sus protagonistas y la correspondiente subida al cielo.
A través de los siglos se han desarrollado sesudos estudios acerca de mahabharata, sin que ninguno de ellos haya realizado un verdadero desglose de todos los símbolos que encierran las claves de la inmortalidad del alma.
lunes, 8 de enero de 2018
Misión de Krishna
Krishna declaró que él sigue descendiendo cada vez que hay un desequilibrio entre las fuerzas positivas y negativas, para restablecer el equilibrio. Culminó su misión en la guerra entre los cinco Hijos de la Luz y los cien Hijos de las Tinieblas. Los hijos del rey ciego fueron la causa de la gran guerra del Mahabharata. Krishna intentó evitar la guerra a través de negociaciones. Cuando no fue posible evitarla, Krishna utilizó el evento de guerra para una reorientación de la nación. Él dijo, “voy a participar en la guerra, pero no voy a pelear”. Participó como el Auriga del carro de Arjuna y como su asesor.
Cuando Arjuna cayó en desaliento justo antes de la batalla, Krishna lo inició con la enseñanza del Bhagavad Gita y despejó la confusión en la personalidad de Arjuna. Él dio esta enseñanza sublime en la forma más corta, posiblemente en 18 palabras semilla. No fueron dadas como un largo seminario – los adversarios no habrían esperado tanto tiempo. Cuando Vedavyasa, un gran iniciado, trató de explicar estas semillas con su visión, resultaron en 18 capítulos con 700 versos.
Krishna da la lección más elevada en el último capítulo, el 18: “Dejen a un lado todo lo que saben y refúgiense en mí totalmente. Yo funcionaré a través de ustedes y los liberaré de todos sus condicionamientos. No hay nada mejor que esto.” Arjuna se sometió totalmente al Señor y por tanto, pudo llevar a cabo actos que no son posibles incluso para seres divinos.
Vedavyasa no es el verdadero nombre de este vidente del más elevado conocimiento sino un título. Su nombre es Krishna Dvaipayana, el que viene de la Isla Azul. Esta isla es un centro en el universo de donde él descendió con Krishna. Él también se llama Krishna porque en este momento Krishna descendió con tres cuerpos. Uno es el de Krishna a quien conocemos como Krishna; el otro es este individuo, Vedavyasa, y el tercer aspecto se denomina Draupadi, la esposa de los cinco Hijos de la Luz. Ella encarna al Señor en su dimensión como belleza y poder. Cuando Vedavyasa escribió el Bhagavatam, su visión se volvió más sutil que en el momento en que escribió el Mahabharata. Así que hay diferencias sutiles entre las escrituras.